Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

jueves, 21 de noviembre de 2013

Finalizando el año de la FE

El compromiso del creyente

En el 2012, el Papa Benedicto XVI invitó a toda la Iglesia Católica a vivir el año de la fe, que iniciaría el 11 de Octubre del mismo año y finalizaría el 24 de noviembre del 2013, en la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Y así se ha realizado.

Y en la convocatoria, para vivir el año de la fe, el Papa Benedicto XVI, en su documento Porta Fidei (La puerta de la fe), nos exhortó diciendo: “La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo”[1]. Fue claro el Papa en invitarnos a reforzar nuestra fe personal para compartirla, para no quedarnos con ella, crecemos en la fe para sembrar un mundo nuevo, que sea el Reino de Dios. De lo contrario tener fe en Jesús no tiene sentido, si es un amor recibido y no compartido, es vacía esa fe.

Luego, ante la renuncia del Papa Benedicto XVI, llegó el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, un argentino dinámico y lleno de amor, que eligió llamarse como el pobre de Asís, Papa Francisco. Este hombre, carismático por naturaleza, continuó animando a la Iglesia a vivir el Año de la Fe. Y en su primera Carta Encíclica, nuevamente los fieles cristianos, escuchamos la exhortación del vicario de Cristo, una voz distinta en la sede de Pedro, pero en la misma línea: “Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La fe, puesto que es escucha y visión, se transmite también como palabra y luz.”[2].

No hay vuelta de hoja, no hay que decir más. El compromiso del creyente en Jesús de Nazaret está llamado a entregar lo que ha recibido, debe contagiar a otros, debe permitir que otros se sientan amados por Dios y así todos podamos construir el Reino de Dios que vino a sembrar el mismo Señor Jesús. Y lo hacemos como Él lo hizo, encendiendo la llama de la luz en otros, “La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama.”[3].      



[1] Benedicto XVI, Carta Apostólica en forma de MotunPropio: Porta Fidei, No. 7.
[2] Francisco, Carta Encíclica: Lumen Fidei, No. 37.
[3] Ibídem.