Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

jueves, 2 de febrero de 2012

Iglesia Doméstica

Los grandes valores que la humanidad busca cada día nacen, crecen y se fortalecen en el lugar del hogar, en la convivencia de la familia; quienes iluminados por el encuentro con Dios hacen posible valores indispensables para construir un mundo más ameno y cercano a la gloria celestial.

De esta manera podemos comprender que un hombre sencillo y humilde, con sólo transitar por los caminos polvorientos de Palestina, nos entregará un proyecto de vida asentado en el valor del amor. Pues la misión de Jesús no hubiera sido posible llevarla a cabo sin la presencia del justo José, su padre adoptivo, y la servidora María, su madre; ellos educaron y entregaron su fe al niño y joven Jesús. Recordemos el final de la narración de la perdida de Jesús en el templo a los 12 años  cuando el evangelista Lucas nos dice que Jesús: “Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lucas 151-52).  Fueron todas esas herramientas y todas esas enseñanzas que Jesús recibió de sus padres las que permitieron construir la personalidad necesaria para cumplir su misión. Así son válidas las palabras de Pedro cuando afirma de Jesús que“…pasó haciendo el bien…” (Hechos 1038).

Es el hogar, la familia la que puede y debe entregar al mundo varones y mujeres íntegros en su vida de fe y en su vida de ciudadano. Por esta razón ya en el siglo IV San Juan Crisóstomo afirmaba de los esposos y de los hijos que son “una pequeña Iglesia o una Iglesia doméstica”. Por ello lo que celebramos en el templo junto con el sacerdote y la comunidad, en el encuentro al entorno de la mesa del Señor, se debe multiplicar en la cotidianidad de la vida familiar, se deben propiciar también encuentros de oración, de reconciliación, de escucha de la palabra y desde luego del compartir juntos la mesa, los alimentos.