Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

jueves, 22 de septiembre de 2011

Después de la Muerte

Desde que los hombres empezamos a construir la historia, la pregunta por el “después de la muerte” ha estado presente. Es así que todas las culturas y también algunos individuos han querido dar respuesta a este misterioso enigma. Algunos lo han descrito desde realidades humanas y otros, a su contario, lo han visto desde la divinidad.
Para la religión judía, nuestros “hermanos mayores en la fe”, en sus inicios de existencia y de relación con Yavhé comprendían el después de la muerte como el lugar donde iban los muertos. El sheol era sólo el lugar de estadía de los muertos, sin cielo, sin infierno; sin gozo, sin aflicción. Pues la primera idea del pueblo judío era que Dios recompensaba en la vida cotidiana, era bendecido por Dios quien gozara de salud, de bienestar, de comodidad, de economía, de procreación, en fin de todo lo bueno, y maldecido por Dios quien tuviera todo lo contario. Luego Yavhé iluminó a un grupo religioso llamado los fariseos y les permitió iniciar una reflexión de la resurrección y por ende de un después de la muerte más prometedor (Hechos 236).
Esa acción divina en los fariseos permite que se haga más comprensible el mensaje de Jesús de Nazaret, pues ya se había empezado a reconocer que era posible un más allá en la presencia de Dios. Es así  que lo que los fariseos intuyeron Jesús lo reveló; después de la  muerte existe la eternidad, que no es la simple inmortalidad, continuidad de la vida, sino que es una nueva existencia humana. La eternidad para gozar de la presencia de Dios, en el cielo, o eternidad para la angustia de la no presencia de Dios, en el infierno, o tal vez eternidad para purificar nuestro existir, en el purgatorio.