Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

viernes, 3 de junio de 2011

DOMINGO 05 DE JUNIO

Mateo  28: 16 - 20

16
Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17
Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
18
Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
19
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
20
y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»

La ascensión del Señor debe ser para nosotros un día de gozo y júbilo porque festejemos la glorificación del Señor que nos trae consigo la elevación de la naturaleza humana, pues el triunfo de Cristo es ya nuestra victoria,  su ascensión definitivamente es nuestra glorificación, sí, su ingreso triunfal en el cielo es la razón de nuestra esperanza de seguirlo en su reino al cual nos  llama.
Por el momento nos deja una tarea importantísima: ir por el mundo y hacer discípulos, consagrándolos a la trinidad santa mediante, el que llamamos puerta y primero de los sacramentos, el bautismo, y enseñándoles a guardar, a cumplir lo que nos ha mandado. Es  su consigna final, siempre actual y siempre urgente.  La iglesia entera, que somos todos sin excepción, su jerarquía, su sacerdote, su laico, todos estamos llamados y enviados a esa misión.  ¿Puede alguno excusarse, decir no estoy preparado, no soy un misionero, no soy un teólogo, etc., etc.?  De ninguna manera.   Solo nos debe llenar de gozo  y de seguridad la palabra final de Jesús en el evangelio de esta solemnidad de la ascensión: “yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.
Lo importante es que tenemos que aprender a sentir y descubrir esa presencia suya, activa y eficaz, a lo largo de la vida y en el estado o situación en la cual cada uno se siente llamado.  Un sencillo ejemplo: en  la condición de esposos y padres. ¿No están anunciando y  cumpliendo los designios amorosos de dios al decidir unir sus vidas en el nombre del señor?  ¿Y  al bautizar a sus hijos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo?
Cada uno escucha una voz maravillosa, es la palabra del señor que a cada uno nos interpela a diario.   También a través de sus sacramentos que son acciones suyas salvadoras, en nosotros lo podemos sentir y  experimentar.   Igualmente en nuestros hermanos y hermanas se nos manifiesta, especialmente en los más necesitados donde él quiere ser reconocido, servido y amado.  Igualmente espera ser reconocido en su presencia en la oración y en cada acontecimiento de nuestra vida.  “Donde dos o tres  estén reunidos en mi nombre ahí estoy yo en medio de ustedes”.  Que importante es pues que todo lo vivamos o lo realicemos en nombre del Señor.  Solo de esa manera nos sentiremos peregrinando con paso firme y seguro hacia la casa de nuestro Padre Dios.