Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

viernes, 28 de octubre de 2011

DOMINGO 30 DE OCTUBRE

Mateo  23: 1 - 12

1Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos2y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.3Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.4Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas.5Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto;6quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,7que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí".8«Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos.9Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo.10Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo.11El mayor entre vosotros será vuestro servidor.12Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.


Apreciados hermanos (as) éste domingo la liturgia nos invita a reflexionar en torno a la coherencia que debe haber entre lo que se dice y se hace; ha de ser el ideal de todo buen cristiano y lejos de éste actuar, están los fariseos y escribas que son hipócritas, dicen una cosa y hacen otra, por eso Jesús se dirige a sus discípulos: “hagan pues todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra”. 

Viven de apariencias para que los vean,  les gusta ocupar los primeros puestos. Jesús también recomienda no llamar  padre, ni maestro, ni guía a nadie. Al hacer una exégesis, no es que no se les  pueda llamar así, sino que es la actitud de superioridad la que se condena. La familia era netamente Patriarcal, supremamente autoritario el padre, dueño de su esposa y de sus hijos, una formación muy vertical que atentaba contra la libertad de las personas que es lo que Jesús propiamente viene a darnos.  Muchos Protestantes aprovechan éste texto para condenar al Catolicismo por llamar a sus sacerdotes “Padre”. De acuerdo con esa lógica, cuando Jesús dijo, “No llamen Padre a nadie en la tierra," el se refería también a nuestros papás , ¿verdad? ¿Jesús nunca llamaría a San José por el título de padre? Tal vez cuando Jesús en su juventud, tenía una pregunta sobre carpintería, el decía: “¡Oye tú, que estás casado con Mamá!” ¡Eso no es así!

Para entender lo que Jesús quiere decir en esta escritura, necesitamos leer todo el pasaje: Este verso aislado es en realidad parte de una enseñanza sobre la igualdad. El nos dice que no debemos considerar a nadie como superior a nosotros; nadie, sino Dios es superior a nosotros. Si nos vamos a los maestros entonces no podríamos llamar a nuestros profesores “maestros” ni mucho menos institucionalizar un día como el día del maestro.

Al final del texto Jesús dice que si NOSOTROS queremos ser grandes, tenemos que ser servidores de los demás, porque no debemos considerarnos superiores a los demás. El Señor Jesús quiere que seamos humildes y sencillos, que no busquemos los primeros puestos y esto no se refiere solo a los Sacerdotes, sino a todo el que profesa ser Cristiano. No importan los estudios que alguien tenga, no importa que tan rica, famosa o popular sea una persona, Dios nos ama a todos por igual. Todos le importamos a Dios por igual. Para ver nuestro valor, tenemos que aprender a vernos a través de los ojos de Dios.

Preguntas para la Reflexión Personal:
¿He visto un buen testimonio y coherencia en los Sacerdotes de mi parroquia, colegio etc?
¿Soy consciente de que un verdadero testimonio lo debe dar toda persona bautizada?
¿Cómo está mi capacidad de servicio a los demás, lo hago con amor y sencillez?

viernes, 21 de octubre de 2011

DOMINGO 23 DE OCTUBRE

Mateo  22: 34 - 40

34Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,35y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:36«Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»37El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.38Este es el mayor y el primer mandamiento.39El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.40De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»


Las lecturas de este XXX domingo nos invita a pensar en la misericordia de Dios para con nosotros que debe manifestarse en nuestra misericordia con los demás; es decir que no hay una fe verdadera y mucho menos una relación sincera con Dios, si antes no pasa por el otro, el que comparte la vida conmigo, el que me interpela y a quien debo aceptar a pesar de las diferencias.

Los seres humanos siempre buscamos justificación a nuestra dureza para vivir el Amor, y tratamos de racionalizar nuestras incoherencias, como lo hace el maestro de la ley, pero Jesús lo invita, como también a nosotros, a asumir el reto del verdadero amor, no como lo entendemos, un amor limitado y egoísta, exclusivista y parcial, de apariencias e interesado, sino un Amor que parte de la aceptación y perdón de uno mismo; yo soy quien tengo que descubrirme amado por Dios, de tal manera que me sienta libre, sano y dispuesto a vivir feliz con lo que soy con lo que vivo, perdonando mi historia, sanando mis heridas y descubriendo el potencial de vida y amor que Dios ha depositado en mí  para trasmitirlo.

Luego de haberme descubierto como hijo amado de Dios, voy a abrir mi corazón al  otro a aceptarlo, perdonarlo y acompañarlo en el  camino de salvación, el amor al otro es más que una teoría bonita y romántica de donde surgen las más diversas canciones, es la experiencia profunda de quien se pone al lado del otro para vendar sus heridas, montarlo en su cabalgadura y acompañarlo en su dolor, la valentía del que venciendo las propuestas individualistas del mundo, se pone al lado del otro como “prójimo” y no le da miedo la violencia, la traición o el qué dirán; aunque esto no es posible si antes no te has descubierto amado, o por lo menos, necesitado del amor de Dios.

La propuesta de Jesús al decir que debemos “amar a Dios sobre todas las cosas” no es una propuesta etérea, ni mucho menos espiritualista, de aquellos que buscamos a un Dios en las nubes y que proponemos normas difíciles de cumplir para acercarnos a Él; por el contrario Jesús nos invita a vivir en este mundo, con nuestras luchas y contradicciones, en este mundo de diferencias e injusticias,  el verdadero amor de Dios, que nos acepta como somos, pero invitándonos a vivir la perfección del amor divino.

Así que hermanos el mandamiento principal, que nos sabemos de memoria, es una propuesta de transformación personal, comunitaria y trascendente, a la que respondemos libremente, pero abriendo el corazón  al don gratuito de Dios manifestado en su Hijo.

viernes, 14 de octubre de 2011

DOMINGO 16 DE OCTUBRE

Mateo  22: 15 - 21

15
Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra.
16
Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.
17
Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?»
18
Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?
19
Mostradme la moneda del tributo.» Ellos le presentaron un denario.
20
Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»
21
Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»



“Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”

Esta frase de Jesús indica la existencia de dos planos: el de la sujeción a la ley civil y el de la obediencia a la autoridad de Dios desde la fe religiosa. No en términos de dos planos necesariamente opuestos, pero sí en cuanto son distintos y no deben confundirse, como ha ocurrido y sigue sucediendo en los fundamentalismos tanto políticos como religiosos, cuando no se respetan las competencias correspondientes. Pero esto no quiere decir que la religión no tenga nada que ver con la política. Sí tiene que ver, y mucho, por cuanto reconocer a Dios como el único Señor implica llevar a la práctica la justicia social que la misma fe exige. Los cristianos y en general los creyentes en Dios que se han negado y se siguen negando a la divinización de los poderes terrenos y a todas sus formas de tiranía, al hacerlo tomaron y toman posiciones políticas en el sentido de la coherencia entre creer en Dios y practicar la justicia que esta fe implica, desde el reconocimiento de todos los seres humanos como hijos suyos, con su dignidad y sus derechos.


Contra las pretensiones totalitarias de cualquier soberanía terrena, Jesús proclamó el Reino de Dios. No como un imperio que suplante a las autoridades terrenas, pues como Él lo dijo también, su Reino no es de este mundo, y como Él mismo lo mostró en la práctica, nunca cedió a la tentación del mesianismo político haciéndose o dejándose proclamar rey. Pero sí como el reconocimiento eficaz de la soberanía absoluta de Dios frente a toda pretensión de tiranía por parte de los poderes terrenales.

jueves, 13 de octubre de 2011

El Purgatorio

A diferencia del cielo y del infierno el purgatorio es un estado transitorio. Es posible salir de allí. La idea del purgatorio no es netamente evangélica, es una reflexión que hace la Iglesia en la que desea trasmitir un mensaje misericordioso de la Trinidad. Y al estar la Iglesia sostenida por la presencia del Espíritu Santo, puede declarar como dogma de fe el estado del purgatorio.
Al ser la libertad del hombre la que define su “después de la muerte”, y al estar tan coartada la libertad por los grupos sociales, por la colectividad, el amor de Dios no descansa en la búsqueda de la salvación de toda la humanidad, he allí dónde el Espíritu Santo iluminó a la Iglesia a proponer un estado transitorio de purificación. El purgatorio cumple la misión de purificar a aquellos que buscando cada día la verdadera relación con la Trinidad de todas maneras habían caído en el pecado. Para así pasar al único lugar que pueden pasar los que se encuentran en el purgatorio, el cielo.
Para que se conceda la purificación de nuestros muertos se hace fundamental la oración, la eucaristía y la caridad con los hermanos, de nosotros que seguimos en la búsqueda. La comunión de la Iglesia peregrinante (nosotros) con la Iglesia purgante es de ayuda espiritual, pues nuestro deber es ofrecer eucaristías y solidaridad fraterna para que ellos puedan entrar un día al gozo celestial. 

sábado, 8 de octubre de 2011

DOMINGO 09 DE OCTUBRE

Mateo  22: 1 - 14

1Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:2«El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.3Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.4Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."5Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;6y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.7Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.8Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.9Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."10Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.11«Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,12le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado.13Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes."14Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.»

En Mt.22.1-14 encontramos la narración de los  que rechazaron la invitación que hizo un rey a la boda de su hijo.  Los convidados no solo no hicieron caso a los enviados sino que  los trataron mal y hasta los mataron. Se van cada uno a “sus cosas” y el rey manda llamar a “todos” los que se encuentren en los caminos, buenos y malos y se llenó la sala del banquete. Pero  fue expulsado uno que no tenía “vestido adecuado”.
El Reino de Dios es comparado con un Banquete, con una fiesta, no un funeral, a la que están invitados en primer lugar aquellos “primeros elegidos”. Pero estos no quisieron aceptar la invitación. Es figura de aquellos a quienes llegó la LUZ PERO SIENDO TIENIEBLAS LA RECHAZARON. VINO A LOS SUYOS Y LOS SUYOS NO LO RECIBIERON. Como en la parábola de la viña, “les será quitada” y entregada a otros que rindan sus frutos. Ya la invitación al Banquete de bodas, AL REINO, A LA FIESTA DE LAS BODAS DEL CORDERO, será para otros.
La invitación será para TODOS, BUENOS Y MALOS. Pero una vez aceptada la invitación, hay que quitarse los andrajos y vestirse de fiesta. El estar en la sala DEL BANQUETE requiere “un compromiso: REVESTIRSE DEL JESUCRISTO.” (Rm.13-14)
La invitación sigue pendiente, la fiesta de bodas es permanente. Hay quienes siguen rechazando la invitación y hasta maltratando a los enviados. Muchos se van a “sus cosas, a su viajes a sus negocios”, NO LES INTERESA PARA NADA También hay quienes  quieren entrar sin condiciones, sin compromisos, sin cambiar de traje. Son quienes quieren vivir su compromiso cristiano a su manera, ciertos “colados” sin compromisos o que se creen que porque son bautizados o “practican ciertos ritos y rezos” ya están justificados.
Ser auténticos discípulos de Jesús es escuchar la palabra (la invitación) y ponerla en práctica. Recordemos la palabras de Santiago : La fe sin obras es muerta.

jueves, 6 de octubre de 2011

El Infierno

Algunas reflexiones y mucha iconografía (imágenes) nos han ofrecido una idea errónea de la verdadera doctrina de la Iglesia frente al infierno. Lo primero que debemos tener claro es que el infierno es una realidad en la fe de la Iglesia, a la luz de los escritos neo-testamentarios, pues ya seres celestiales le han dicho no a la Trinidad.
El infierno es otro posible estado en el que nos podemos encontrar después de la muerte. Es un estado de tristeza y angustia eterna por no tener la posibilidad de contemplar a la Trinidad. Siendo la relación de personas, Dios con el hombre, el fin último de toda la humanidad, al no cumplir tal fin no puede existir otra cosa más que el sufrimiento y la tristeza eterna. Bien lo afirmaba San Agustín: “Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón no descansará hasta reposar en ti”.
Llegar a este estado “infernal” solo es posible en la negación definitiva del amor misericordioso de Dios, el rechazo libre y firme de la comunión con Dios y con su proyecto del Reino. Si alguien se encuentra en este rechazo definitivo del amor de Dios, debe tener en cuenta que por su condición de rechazo no puede acercarse a la verdad plena de la Trinidad, pues tal pureza puede destruir su ser fulminantemente. Es el gran amor de Dios, precisamente, el que no permitiría que llegáramos a su presencia para ser fulminados. Dios no quiere sino nuestra salvación, pero no violenta nuestra libertad, por tal razón Él no es quien nos condena, es quien nos salva cada día con el mensaje evangélico y nos brinda la Iglesia para que a través de los sacramentos recibamos su gracia.