Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Por qué Francisco?

P. Francisco María de la Cruz Jordán

El Padre Jordán guardaba una gran admiración religiosa a San Francisco de Asís, hombre que renunció a todas sus riquezas por entregarse de completo al servicio del evangelio y la construcción del Reino de Dios, acompañando y siendo uno de tantos pobres de la época. Por tal desprendimiento material y económico del pobrecillo de Asís fue que Juan Bautista Jordán decidió iniciar su nombre religioso con el nombre Francisco.    
El Padre Jordán veía en la pobreza el medio más acertado para seguir ciegamente al Señor; él siendo de un hogar muy pobre, que le costaba la sobrevivencia, fue un hombre que nunca se empecinó en aferrarse a lo material o al dinero. Tenía claro que tanto lo material como el dinero eran medios con los cuales podía servir mejor al Señor.
Por eso nunca la escasez fue un motivo para renunciar al llamado que recibió de Dios, servirle en la fundación de una gran familia: La Familia Religiosa Salvatoriana. Pues confiaba en que quien le había llamado no lo dejaría sólo. Solía decir con gran esperanza: “Deben ser hombres de confianza y de oración, emplear todos los medios permitidos. Deben hacerlo de esta manera: esperar todo de Dios, pero por otra parte también trabajar como si dependiera todo de su trabajo.”. La pobreza reflejada en la confianza y el desprendimiento, todo por el servicio.


Deseo que todos sigan al Divino Salvador en el sufrimiento como lo hizo San Francisco de Asís.