Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

viernes, 22 de julio de 2011

DOMINGO 24 DE JULIO

Mateo  13: 44 - 52

44
«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.»
45
«También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas,
46
y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
47
«También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases;
48
y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos.
49
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos
50
y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
51
«¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.»
52
Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»



El Señor Jesús hoy nos invita a darle el lugar y el valor que tiene el reino de Dios. Muchos hemos desfigurado el reino de Dios, propuesto por Jesús, pensando que ese reino es después de este mundo, que todavía no se construye, que falta mucho para ello o sencillamente que es lejos de  los días cotidianos.

Pero no es así, Jesús nos dice que el reino de Dios es un gran encuentro, un gran hallazgo, un descubrimiento que no queremos soltar. Pero cómo vamos a querer soltar si ese reino nos trae lo que más buscamos, la paz y la felicidad.

¿En qué consiste ese reino? Consiste en comprender que la vida es mucho más que tener cosas, objetos materiales, poseer poder o satisfacer nuestros deseos. La vida está creada para buscar y desarrollar lo más íntimo y profundo de nuestro ser. La vida es un regalo que posee muchos regalos internos que hay que ir descubriendo.

¿Acaso no sentimos mayor felicidad cuando descubrimos un talento, o cuando hacemos sentir bien a alguien con nuestra presencia, o cuando realizamos una llamada a un ser querido, o cuando admiramos la belleza de la naturaleza, o cuando logramos comprender algo incomprendido, o cuando sabemos que podemos amar y ser amado, o cuando recibimos un beso, un dulce, un abrazo de alguien muy cercano…?   Ese es el Reino que nos propone Jesús, el que nos toca lo más íntimo de la esencia humana.

Pero quien no ha comprendido este reino no tiene otra opción que separarse de la presencia Divina. La Santísima Trinidad, que nos ama tanto, no puede más que dejar que nuestra elección guie nuestro fin eterno. Dios gozaría si nosotros lo eligiéramos a él, y viviéramos su evangelio, pero no nos obliga. Querido hermano o hermana, escucha con atención el mensaje de Jesús y te darás cuenta que es liberador, opta por él y sé feliz.