Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

jueves, 22 de diciembre de 2011

La Vida, Vivida Amablemente

El ser cortés o amable con nuestros semejantes hacen que la vida sea más grata para todos, un corto pero sincero saludo puede trasformar una vida; un “gracias”, un “en qué te puedo ayudar”, un “fue con mucho gusto”, entabla esperanzas y confianza; un “no puedo ahora”, un “creo que las cosas no son así o no se deben hacer así”, permite corregirnos de nuestros errores; un “qué alegría verte”, un “qué bueno es estar aquí”, un “podemos hacerlo juntos”, fortalece las relaciones y crea vínculos inquebrantables.

Todas las buenas relaciones humanas se construyen con pequeñas frases y pequeños gestos de amabilidad. En la vida tenemos que estar abiertos a aceptar a los otros tal y como son. Jesús es el ejemplo vivo de esa entrega generosa y profunda de humanidad para la humanidad, él tiene presente que cada encuentro con el otro debe ser un encuentro de amor, y los encuentros de amor dignifican, animan, fortalecen.

Miremos a Jesús el hombre de la amabilidad: llama a sus discípulo con su nombre, levanta a la mujer adultera, reanima el hijo de la viuda, acoge a la hemorroisa, instruye al joven rico, dialoga con la samaritana y con María la hermana de Lázaro, alimenta a los discípulos, comprende a los romanos y a los sacerdotes que lo crucificaron “Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen”, acepta al ladrón arrepentido... Aprendamos de Jesús