Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

viernes, 20 de mayo de 2011

DOMINGO 22 DE MAYO

Juan  14: 1 - 12

1
«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.
2
En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
3
Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
4
Y adonde yo voy sabéis el camino.»
5
Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
6
Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
7
Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»
8
Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
9
Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?
10
¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
11
Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras.
12
En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre.



Apreciados hermanos el evangelio de hoy nos deja claro la unidad que existe en la Santísima Trinidad, nombre que los santos padres le han dado al Dios de los cristianos, pues Dios se ha revelado en su verdad de tres personas. Jesús es muy claro en decirle a sus apóstoles creed en mi Padre, pero también creed en mí, y hace esta invitación por la misma fuerza que le concede el Espíritu Santo. Primera invitación que nos hace el evangelio hoy es aprender a amar y conocer la Santísima Trinidad.
De todas maneras no podemos amar y conocer a la Santísima Trinidad, si no nos adentramos en la vida de Jesús de Nazaret, bien narrada en los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan).  Es Jesús el único que nos puede llevar a la gloria eterna. Él, que es el “camino, la verdad y la vida”, Él desvela el misterio del hombre haciéndose hombre. Sólo Jesús nos puede decir con toda verdad que es el hombre, a qué está llamado, cuál es su misión, qué puede lograr.
No podemos llegar a la verdad de Dios si no logramos llegar a la verdad propia, a nuestra verdad.  Desvelar el misterio de Dios empieza en el desvelar el misterio del hombre. Y en el Dios hecho Hombre logramos desvelar estos dos misterios, por Jesús es desvelada la verdad de Dios y la verdad del hombre. Que nuestra vida no pase en el desconocimiento de la verdad, estando constantemente unidos a Jesús de Nazaret. Qué Jesús no tenga que decirnos, como a Felipe, “Tanto tiempo conmigo y aún no me conoces”. Desconocer a Jesús es desconocer lo que nos vino a revelar, al Dios y al hombre.
Queridos hermanos acérquese cada día más al evangelio para conocer a Jesús, pues cada paso que damos en este conocimiento es un paso que damos a la mansión que Él nos tiene preparada. Hay que creer firmemente que Jesús es el “camino, la verdad y la vida”, y que es la misma verdad que el Padre junto al Espíritu Santo.