Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

viernes, 9 de septiembre de 2011

DOMINGO 10 DE SEPTIMBRE

Mateo  18: 21 - 35

21
Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?»
22
Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
23
«Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
24
Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos.
25
Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase.
26
Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré."
27
Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
28
Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes."
29
Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré."
30
Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.
31
Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido.
32
Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.
33
¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?"
34
Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
35
Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»


El perdón es una de las cosas más difícil de vivir en la vida cotidiana, nos cuesta perdonar, porque nos cuesta amar. Apreciados hermanos quien se encuentra con la verdad y la revelación de Cristo se encuentra con el amor y por ende con el perdón. El evangelio de hoy nos muestra un gran ejemplo de nuestra insensatez cristiana, buscamos con ansia el perdón de Dios, ante nuestras flaquezas y nuestras debilidades, pero nos cuesta perdonar a nuestros semejantes.

Al encontrarnos con este pasaje bíblico debemos realizar un alto en nuestro caminar y preguntarnos con la mano en el corazón. ¿Cuánto he perdonado en mi vida? ¿He sentido mi falta de fraternidad al no perdonar?

Estas preguntas me llevan a reflexionar también cuanto he logrado ver en el otro, no solo un culpable de mi dolor, de mi angustia o de mi tristeza, sino de ver un ser frágil que también se puede equivocar o puede caer en la tentación de negar el amor que tiene en su interior. Apreciado hermano no te niegues la oportunidad de cambiar una vida por el sólo hecho de hacerle sentir tu perdón. Puede ser que ese perdón sea más profundo que cualquier cantaleta o cualquier exhortación evangélica; pues sentirse perdonado es sentirse amado.