Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

miércoles, 3 de octubre de 2012

Los Sacramentos


Objetivo:
                   Asimilar los sacramentos como medios formativos en nuestra vida. Aceptando que ellos nos trasforma la vida, nos encamina a la conversión y nos hace desear la vida eterna.  

Desarrollo del encuentro:

                   Celebrar los sacramentos es renovar la acción de Jesús entre los hombres, adelantar la vida eterna junto al Padre y vivir el presente con la gracia del Espíritu Santo. Quién celebra los sacramentos está lleno de la Santísima Trinidad. En los sacramentos nos comunicamos con Dios y Él nos entrega su gracia.

Los sacramentos, por ser realidad sobrenatural, necesitan, ante todo, la fe de quienes lo celebran, de lo contrario no hay frutos sacramentales. En el sacramento vemos símbolos que por la fe nos transportan a la acción sobrenatural de Dios en el mundo. Es decir, vemos agua pero es la purificación de Dios.                                  

De esta manera aquella purificación de Jesucristo en el mundo, a muchas personas y grupos, se renueva en los creyentes de nuestro tiempo, anticipándonos, por la acción del Espíritu Santo, a la purificación que se vive eternamente junto al Padre. Por eso Leonardo  Boff enfatizaba en decir que “El sacramento es, por esencia, evocación de un pasado y de un futuro, vividos en un presente.[1].

Así descubrimos la misma esencia que contiene la sola palabra SACRAMENTO, que es:
sacra = “hacer santo”
mento = “medio para”

Los creyentes no estamos celebrando un rito del pasado o muerto, celebramos una renovación y de vivos, porque Dios es la vida plena. El Hijo vino al mundo para que todos tuviéramos vida en abundancia (Juan 10, 10). Él nos entregó los sacramentos como camino de vida y santidad. Y no hay que asustarse por la santidad, ella llega con la gracia sacramental y “la gracia no destruye la naturaleza humana, sino que la perfecciona”[2].

No se puede olvidar que, para que la gracia perfeccione es fundamental la fe del creyente que se abre al compromiso que impulsa el sacramento. De lo contrario se convierte en una acción de costumbre familiar o lo que es peor en un ritualismo dejando de ser sacramento.

Los sacramentos son acciones de Jesucristo (Hebreos 7-8) que celebra su Cuerpo (Romanos12, 4-5; Efesios 5, 23) que es la Iglesia, dándonos la gracia (Juan 1, 16-17) e impulsándonos a la acción sacramental (Hechos 6, 8; 15, 11).

La gracia de Dios es una, pero se nos da pedagógicamente y procesualmente, en cada sacramento nos enriquecemos a lo largo de nuestros días con la presencia santificante de Dios, por eso bien decimos que los sacramentos son el cairos (kairos) de Dios en nuestro cronos (kronos). De los siete sacramentos (Bautismo, Reconciliación, Eucaristía, Confirmación, Orden, Matrimonio y Unción) tres imprimen carácter: Bautismo, Confirmación y Orden. Estos tres sacramentos dejan visualizar la nueva alianza. Que fue sellada por Jesús el Cristo. Esta alianza es la Iglesia, un nuevo pueblo que continúa trasmitiendo la misión y vida de Jesús de Nazaret, él es la cabeza perfecta de un cuerpo “enclenque” formado por todos los bautizados. Quien celebra los sacramentos manifiesta su deseo de aceptar a Jesús y quien lo acepta quiere vivir su evangelio.

Enseñanza del encuentro:

Ø  Celebrar los sacramentos es renovar la acción salvadora de la Santísima Trinidad en la historia de los hombres. Impulsándonos a la acción redentora en el tiempo y el espacio en el que nos encontramos.

Ø  Los sacramentos nos permiten exteriorizar la relación que tenemos con Dios. “Entonces lo efímero se tras-figura en signo de la presencia de lo permanente; lo temporal en símbolo de la realidad de lo Eterno; el mundo en gran sacramento de Dios.”[3]

Ø  El presidente de la celebración de los sacramentos es Jesús el Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, quien da la gracia, Él se une con la Iglesia, el nuevo pueblo de la alianza, formando una sola realidad.


[1] Boff, Leonardo, Los Sacramentos de la vida y la vida de los sacramentos, Iglesia Nueva, 12ª Edición, Bogotá-Colombia, 1995, p. 15
[2] Santo Tomás I, 1, 8 ad 2
[3] Boff, Leonardo, Los Sacramentos de la vida y la vida de los sacramentos, Iglesia Nueva, 12ª Edición, Bogotá-Colombia, 1995, p. 11