Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

viernes, 4 de marzo de 2011

DOMINGO 06 DE MARZO

Mateo  7: 21 - 27

21
«No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.
22
Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?"
23
Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!"
24
«Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca:
25
cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
26
Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena:
27
cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»


Cuántas  veces  decimos  en  el  día  o  en  la  semana,  en  el  mes  o  en  un  año:  hágase  tu  voluntad  en  la  tierra  como  en  el  cielo”, sin  que  tomemos  conciencia  de que  la  voluntad  de  Dios  ya está hecha  y  que  es  a  mi  a  quien  corresponde cumplirla, hacerla vida  en mi  y  en  mis  hermanos.  y  la  voluntad  de  Dios  se  nos  ha  hecho  explícita  en  los  mandamientos  de  Dios  que  como  bien  lo  sabemos, se  resumen  en  el  a m o r.      
un  maestro  de  la  ley  preguntó  a Jesús, ¿ cuál  es  el  precepto  más  importante  de  la ley? Jesús  le  respondió: amarás  al señor tu Dios  con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda  tu  mente.   Este  es el precepto más  importante;  pero  el segundo  es equivalente: amarás a tu prójimo  como a ti  mismo. De estos dos mandamientos dependen  la  ley  entera y los  profetas: Mt. 22,36 -40
Solo   quien  se  adhiere   plenamente  a  esta palabra del  señor  y la  hace vida,  se  parece  al  hombre  sensato  que  edificó  su  casa  sobre  la  roca.  se  trata  de  edificar  nuestra  vida  personal, familiar  y  social  sobre  la  fe en  Jesucristo  y  su  palabra.  el mensaje  que  transmite  el evangelista  y  la  predicación del apóstol   en  su  carta a los  romanos   3, 21  y ss proclaman,  pues,  con tonos  diferentes,  la  misma  enseñanza  fundamental:  sin  obras, la  fe  está  muerta;  las  obras (de amor)  deben  ser  fruto  de  la  fe, que  es don  de  dios.  el  salmo  18,8  dice:  “ los  mandatos  del  señor  son  rectos y  alegran  en  corazón.  la  ley  del  señor   es  perfecta  y  es  descanso  del  alma”.
 el  sermón  de  la  montaña  termina con  unas  exhortaciones  de  Jesús  a  que  escuchen  sus  palabras  y  las  pongan  por  obra,  porque  son  la  garantía  del  éxito  en  la  vida. “aquel  día”, el  día  del  juicio,  no  valdrá  apelar  a  que  conocemos  la  palabra  de  Dios o  que  “hemos  profetizado” en  su  nombre,  o  que  “hemos  expulsado  demonios” o  incluso  que  “hemos  hecho  milagros”.  Lo  importante  es si  hemos “puesto  en  práctica” o  no  esa  palabra.     en  nuestra  relación  con  Dios  no  basta  pronunciar  su  nombre  a  menudo  en  la   vida , no  basta  incluso  hablar  de  él  a  los  demás.   la  fe  del  discípulo  pasa  por  una  relación  personal  con Dios  a  través  de  lo  que  Jesús  llama  su  voluntad.   ¿Y  cuál  es  esa  voluntad  divina?    la  palabra  de  Dios  nos  la  revela;  nos  enseña  lo  que  el  espera  de  nosotros  en  nuestra  relación  con  el,  con  nuestro  hermano  el  hombre  y  con  el  mundo   cuyo  cuidado   y  desarrollo  nos  ha  confiado. 
No  olvidemos  la  parábola  de   los  talentos... no olvidemos  que  los  mandatos  de Dios  no  son  palabras  sino  personas  en tres  dimensiones:  Dios,  el  prójimo   y  tú mismo.  y   a  Dios  no  le  demostraremos  amor   sino  en  la  vivencia  del  amor  al  prójimo  y  a    mismo.