Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

jueves, 24 de noviembre de 2011

Vocación a la Vida Religiosa o/y Sacerdotal

“Subió Jesús a una montaña y llamó a los que él quiso, los cuales se reunieron con él. Así instituyo a los doce, para que estuvieran con él y enviarlos a predicar” Marcos 313-14

El deseo de consagrar la vida entera a la contemplación y al trabajo del reino sólo puede nacer desde el llamado, Dios llama a varones y mujeres para tal entrega. El llamado de Dios requiere de una respuesta, generosa, entera, fiel, comprometida, sincera y de convicción. Por ello es deber del que ha sido llamado, trabajar cada día por trasformar aquellas cosas que no le permiten tal respuesta.

Ser uno o una de los que “él quiere” no equivale a ser un extraño ante los demás, un ser diferente o sin defectos. Equivale a ser, un ser humano con el deseo de enamorarse plenamente de Jesús de Nazaret, de tal manera que busque conocerle y desear todo cuanto Él propone. Es así que la vida consagrada no es mayor a las otras vocaciones que Dios nos puede invitar a vivir.

La vida consagrada no es y no puede ser un refugio de debilidades humanas, como tampoco es el lugar del acomodo o del descanso. La vida consagrada es la entrega por la construcción del reino de Dios propuesto por Jesús. La vida consagrada es la vocación para mostrarle al mundo que Dios ama y ama con toda fuerza. Dios ama cuando el pan y el vino es cuerpo y sangre de Cristo, cuando el sufriente encuentra paz, cuando los pobres consiguen sosiego, cuando los enfermos encuentran compañía, cuando los analfabetas aprenden a leer y escribir, cuando los indígenas y los negros son valorados como personas, cuando los presos sienten la presencia divina, cuando los varones y las mujeres mueren por causas justas, cuando las prostitutas y los homosexuales son aceptados como hijos de Dios y no rechazados por el pecado, Dios ama cuando un religioso o religiosa o sacerdote se entrega por entero al llamado que Él le ha hecho, poniendo todo sus dones al servicio de la comunidad.