Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

jueves, 5 de enero de 2012

María nos da al Salvador

“Al llegar a la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer” Gálatas 4,4

María es la mujer, la virgen que concebirá y dará a luz a un hijo que se llamará Emmanuel, es decir, el Dios con nosotros, como nos lo anuncia el profeta Isaías 7, 14 y nos lo confirma Mateo 1,23. En ella se cumple la plenitud de los tiempos, y el Hijo de Dios toma de Ella su naturaleza humana, pues es  gracias a su sí, por el que Dios se hace carne y  que podemos decir que Jesús es hombre como nosotros.

María es la fiel discípula que escucha la palabra y acepta, humildemente confía y se abandona en manos de Dios, entrega su vida para hacerse parte al proyecto de salvación, y como tal, se convierte en modelo para el ser humano.

Es ella quien como buena madre, enseña a su hijo Jesús el valor de amar y servir a Dios Padre como el único Dios que nos ama y desea que todos sus hijos sean felices, acogiendo y guardando sus preceptos, en la escucha y vivencia de la palabra.

Y hoy, también es nuestra misión dejar que Jesucristo se encarne en nuestra vida, acogiéndolo como parte de nuestro ser, apasionándonos por su persona y su proyecto. Proyecto en el que todos somos protagonistas, así como nuestra madre del cielo, que acepta ser parte y se descubre también discípula. Dios la llamó y la invitó a abrir su puerta, y ella permitió que él entrara en su vida, y más grandioso aún, permitió que se encarnara en su propio ser, dándole ella misma, la naturaleza humana.

En este mes de las misiones y toda nuestra vida, estamos invitados a renovar nuestra fe, reconociendo que Jesús, la Palabra hecha carne, está encarnado en nuestra vida, en nuestra historia, en nuestro ser, y con nuestras actitudes mostrar que el proyecto del Reino es posible, cuando aceptamos que Dios uno y trino, reine y sea el motivo y la luz de nuestro camino.