Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

miércoles, 23 de mayo de 2012

El Espíritu Santo Despierta


Fijemos nuestra atención en la iglesia primitiva que ora y esperar al Espíritu Santo; en esta Iglesia que después de Pentecostés vivirá la comunión dada por el Espíritu en la unidad fraterna; en la iglesia sufriente, perseguida y crucificada; en la iglesia cimentada sobre Pedro y el colegio de los apóstoles. Contemplemos esta Iglesia constituida esencialmente por testigos y misioneros que anuncian la buena nueva de Jesús. En el corazón de esta Iglesia vivimos nuestra consagración y en ella también nosotros somos testigos, misioneros, apóstoles y profetas participando de su misión profética.

Esta fiesta de Pentecostés de 2012 es un cumpleaños que nos sitúan en la experiencia y exigencia de los apóstoles al recibir el Espíritu Santo, de ese cambio radical y total en la vida de todos ellos. Pues de personas miedosas y recaídas, se volvieron hombres y mujeres capaces de dar testimonio de su fe, aun a costa de su propia vida. Celebrar Pentecostés es reconocer que toda nuestra vida estar relacionadas directa y personalmente con el Señor, que es Él quien hace en nosotros su obra, que es Él quien nos da los medios para vivir nuestra fe; que es Él quien nos capacitada para la misión y que nos da su gracia para dar testimonio y para anunciarlo a todos, hasta los confines del mundo.

Una fiesta como esta es la oportunidad para que cada uno de nosotros clame y se disponga para que el Señor nuevamente nos envíe su Espíritu Santo y dejarnos transformada por Él, dándonos la valentía y la sabiduría de los primeros discípulos.

Es la oportunidad de invocar al espíritu Santo con aquel himno que la iglesia ha conservado de Rabano Mauro, quien fue Obispo de Maguncia, donde pedimos al Espíritu Santo que visite el entendimiento de sus fieles. Que inunde con su gracia los corazones que él mismo ha creado.

Eusebio Betancour SDS
Religioso Sacerdote Salvatoriano
Del retiro del mes de mayo



La Mujer es discípula de Jesús


María de Nazaret, la joven virgen que acoge en su seno al Señor Jesús, junto con José reciben la misión de educarlo y formarlo.  Ellos deben transmitir a su hijo la fe de sus padres que ahora es de ellos, mostrarle que Dios ha sido fiel con su pueblo y que por ello deben cumplir con la ley religiosa: le circuncidan, le educan para guardar el sábado, en el momento indicado le hacen participar en la sinagoga, le enseñan los ritos de purificación y de agradecimiento, como también van en familia a las fiestas nacionales en el templo de Jerusalén. Así descubrimos cómo María cumple su papel de madre educadora, sin llegar a comprenderlo todo (Lucas 2, 19.50), pero con la confianza puesta en Dios que le ha encomendado tal misión.  

Ya cuando ha llegado la hora de Jesús, María, madre del Señor, se convierte en la discípula que está atenta a la voz del Salvador, ella asume su lugar de redimida, de oyente, de discípula. Porque sólo como discípula de su Hijo y Salvador Jesús logra esclarecer todo lo que no comprendía, logra asumir con claridad su misión en medio de la comunidad.

Como María, también hubo muchas mujeres que estuvieron junto a Jesús, aprendiendo de Él, recibiendo la dignidad perdida por causa del machismo de aquel entonces. Jesús las acoge, las educa, las libera, las sana, las anima y valora su aporte en la construcción del Reino de Dios, pues todos los seres humanos aportan para que el Reino de Dios se establezca.

Aquellas palabras de Jesús dirigidas a una mujer en el Evangelio de Marcos son perpetuadas y entregadas a las mujeres de todos los tiempos cada día: “Les aseguro: donde quiera que se proclame el Evangelio, en el mundo entero, se hablará también de lo que ella ha hecho para memoria suya” (Mc. 14, 9). Pues fue una mujer que amó infinitamente a Jesús, confió plenamente en su presencia, creyó en su palabra sanadora y liberadora, aceptó al Señor Jesús como único camino de realización; pero lo grandioso no fue sólo que sentía todo esto, sino que se lo manifestó con una acción profundamente significante: derramó un perfume costosísimo sobre los pies del Señor Jesús.


Por ello, MUJER, sé discípula del Señor Jesús, ven a sus pies y escucha su voz, luego sal al mundo para que todos conozcan lo que tú has vivido. Tu fe y tu fidelidad pueden transformar tu familia, tu trabajo y tu grupo social.