Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

miércoles, 9 de marzo de 2011

Miércoles de Ceniza


Hoy la Iglesia universal inicia un tiempo espacial, lo conocemos como tiempo de cuaresma, en él estamos llamados a reflexionar en nuestra vida, a orar con mayor intensidad, a compartir con nuestros hermanos desde nuestros ayunos y desprendimientos materiales. Damos inicio a la cuaresma con el signo de la cruz con la ceniza en nuestra frente, para recordar que si deseamos adentrarnos en Dios debemos desprendernos de las realidades que no nos lo permite. Y el color morado se resaltará en la liturgia para decirnos que nos encontramos en un tiempo transitorio que nos permite llegar a luz de la presencia de Dios en la Pascua, si nos damos el tiempo necesario para propiciar el encuentro en la cuaresmal.  
El tiempo de cuaresma no es un tiempo triste, es un tiempo en el que se prevalece el silencio para lograr entrar en nuestro interior y contemplar, orar, meditar, profundizar, buscando la conversión de la mente y del corazón. Iniciamos esta cuaresma con la imposición de la ceniza, que nos recuerda que debemos tener un corazón dócil y sencillo para aceptar el mensaje de Dios que salva y transforma vidas, ya que sin él todo es más difícil.