Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

miércoles, 4 de julio de 2012

La Familia Fuente de Vida Cristiana


v  El inicio de la familia en el amor

Cuando un varón y una mujer sienten una atracción física, psicológica, racional, emocional, sexual, entre sí, empieza un recorrido de conocimiento mutuo. Este recorrido es lo que comúnmente llamamos “enamorados” o “novios”. Es de gran importancia dar este paso, hacer este recorrido.

El recorrido permite que cada uno de los implicados descubra que Dios le ha concedido una vocación al matrimonio y por tanto le concede un “regalo” para su vida. El novio o la novia es el “regalo” de Dios para el otro. Y como todo regalo hay que cuidar, proteger y valorar; y qué mejor forma de cumplir con esta misión que teniéndolo o teniéndola cerca. Es aquí, cuando ha descubierto que es el “regalo” que Dios le ha dado, cuando busca la aceptación, celebrando el sacramento del Matrimonio. Y desde el sacramento los esposos están llamados a recibir los “regalos” que Dios Trino concede a la nueva familia; los hijos son la bendición en el matrimonio.

Esta nueva familia está cimentada desde el deseo de los novios que reciben la bendición de Dios en la afirmación de Jesús:

“De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre”
                                                                 Mateo 196

Estas palabras de Jesús tienen toda plenitud en los novios que se unen desde el amor.  Cualquier otra unión, fuera del amor, puede decaer o fracasar aun teniendo la bendición de Dios.
  
v  El amor que da frutos  

Un regalo del Señor son los hijos, recompensa, el fruto de las entrañas”
Sal 127:3 
La alianza de Dios con Adán y Eva contenía dos provisiones independientes: descendientes y dominio. Para los creyentes el tener niños es una respuesta a un mandamiento: «Sean fecundos y multiplíquense; llenen la tierra, y dominadla...» (Gen_1:28). En este salmo los niños son llamados «regalo del Señor». Ello significa que los niños pertenecen a Dios; son «nuestros» sólo en un plano secundario. Dios da generación a las parejas como una persona confía una fortuna a sus herederos. Jesús desea que no despreciemos a ninguno de esos «pequeños» y habla de su fe en Dios como un ejemplo para los adultos (Mat_18:1-5, Mat_18:10).

Cuando una pareja contrae matrimonio, se compromete a amar, servir y santificarse por la próxima generación. El cuidar y amar a los niños es una de las principales formas de honrar a Dios y compartir la tarea de edificar su reino. La pareja debe realizar su trabajo en pareja, no individual. Los hijos son el “regalo” de Dios para los dos.

No podemos olvidar que también es fruto la felicidad del ser amado, el encuentro amoroso de dos personas, hombre y mujer, es un deber del matrimonio. El acto sexual amoroso son las “palabras sinceras” de expresión de amor.

v  La familia Iglesia doméstica

La familia cristiana debe nacer del amor y para el amor. La familia cristiana es la plena manifestación de la presencia de Dios entre nosotros, pues Dios es padre y madre deseoso de dar amor. Cada miembro debe entrar en la dinámica de su obligación en ese grupo social. Veamos a cada miembro:

El papá: Es el varón del hogar que trasmite seguridad y unidad en el hogar, infunde una fe inquebrantable en el resto de la familia. Es el líder que con autoridad ayuda a que cada uno se desarrolle en plenitud. Es la figura del trabajo. Debe ser el ejemplo a seguir.

La mamá: Es la mujer del hogar que está llamada a brindar esperanza cristiana a toda la familia. Entrega un rostro amable, brinda confianza, se da sin medida.

Los hijos: Son fruto del amor que están abiertos a recibir la fe y la esperanza que les concede sus padres.

Estas tres verdades del hogar, papá, mamá e hijos, son la primera figura de una Iglesia, en la que Cristo es su cabeza, esta Iglesia doméstica da los lineamientos, emprende el camino y asegura el mensaje de la Trinidad en el mundo.