Ya eres uno más

SEAS BIENVENID@

Los Salvatorianos en el Ecuador te damos un grato saludo y te invitamos para que no sea tú primera visita, sino que ésta te anime a regresar.

Nos gusta mucho compartir contigo nuestro caminar y nuestra fe, nos gustaría contar con tus comentarios y con tus palabras de aliento.

Que la fe en nuestro Dios Trinidad nos una cada día más, que juntos podamos entregar la buena nueva a todos y de todas las formas que el amor de Cristo inspire a los que aún no lo conocen. Bienvenid@

DESEO SALVATORIANO

Tomando las palabras de Juan les decimos:
"Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.".

1 Juan 1, 1-3

lunes, 2 de mayo de 2011

RETIRO DE MAYO

1.       Disponibilidad
Debemos buscar un espacio y un tiempo apropiado para realizar esta meditación. Podemos buscar también una buena música de fondo que nos ayude en los momentos de meditación. Es muy oportuno preparar un lugar de oración, puede usted llamarle altar; puede ser con una imagen de Jesús o un santo o una de las advocaciones de la virgen María, con flores y velas.
2.       Cruzar el umbral
Tratemos de dejar todo lo que no es oportuno para el momento del encuentro con el Señor, crucemos el umbral de la bulla y de las preocupaciones. Los retiros son los momentos oportunos para encontrarnos con el Señor y descubrir cómo va mi seguimiento.  
3.       Oración Inicial
Es el momento de estar frente al altar y cerrar los ojos y pensar en Dios, puedo repetir la palabra “Dios” o la frase “Dios acompáñame”, con cierta frecuencia para ir entrando en la dinámica de oración y de retiro. Cuando sienta que ya estoy con la presencia de Dios, sencillamente hago una oración espontánea invocando la presencia de la Santísima Trinidad. Después puedo leer el salmo 86.
4.       Reflexión
Para este retiro te proponemos la meditación del ciego de Jericó. Con este pasaje bíblico queremos que respondas a las preguntas: ¿Cómo estoy en el camino? ¿Qué estoy haciendo para dejarme encontrar o salir al encuentro? ¿Con quién quiero estar? ¿Qué grito?
Marcos  10: 46 - 52

46
Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.
47
Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
48
Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
49
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Te llama.»
50
Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús.
51
Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!»
52
Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.


Ahora encontraras la meditación por partes de este evangelio, aprovéchala y escribe tu propia meditación.
Ø  Acompañado: Deseo Señor sentir tu compañía, deseo sumarme a todos aquellos que caminan contigo. Es indispensable que los que te seguimos de verdad estemos atentos a tus palabras a tus pasos, que no busquemos caminar solos sino que tú, junto con otros, caminemos unidos.
Ø  Junto al camino: Sí hay muchas situaciones que me separan del grupo, me pone al lado del camino, porque tengo ceguera. Aun soy débil y hago lo que no quiero hacer.  
Ø  Se puso a gritar: Tú y yo Señor conocemos muy bien mis debilidades, mis flaquezas y mis muchas caídas, por eso te grito con fuerza “Hijo de David, ten compasión de mí”. Señor busco con mucho gusto quedarme en el grupo, no salir de nuevo a la orilla del camino, que tu misericordia escuche mi grito y me una a todos los que camina junto a ti.
Ø  Lo reprendían: muchos no desean que vuelva a entrar en el camino, quieren que el mal cada día me alejen de tu presencia. Por todos los que de una u otra manera quieren acallar mi deseo de unirme al grupo los pongo en tus manos y seas tú el que los bendiga.
Ø  Ánimo levántate, que te llama: Gracias Señor, yo te bendigo porque siempre encontramos a alguien que nos trasmite tu voluntad. Gracias por esos que me dieron ánimo, por aquellos que me ayudaron a levantarme, por aquellos que me dijeron que tú, buen Maestro, me llamabas. Pero aún muchas más gracias por acudir a mi llamado, a mi clamor.
Ø  Él, arrojando su manto, se levantó rápidamente y se acercó a Jesús: pero también te digo Señor perdóname, porque en muchas ocasiones mi respuesta es lenta y temerosa, no suelto el manto (las seguridades) fácilmente y si lo suelto estoy pensando en él o cómo lograr otro. Le doy muchas vueltas a la respuesta de tu llamada y temo encontrarme en la inseguridad de la vida. De verdad te digo Señor que quisiera seguirte sin ningún miedo sin ninguna preocupación, entregarme por entero a tu llamado.
Ø  ¿Qué quieres que haga por ti?: lo que más deseo es que tu amor lo siga sintiendo cada día, que tu misericordia la experimente cada mañana cada tarde y cada noche. Señor quiero que yo sea un instrumento tuyo y por tanto un instrumento de la Iglesia, que a pesar de mis culpas, las cuales con tu ayuda espero superar, pueda entregar tu mensaje para que muchos te amen.
Ø  Vete, tu fe te ha salvado: Señor cada día, cada mes, cada año, he sentido que me dices “Sí yo te llamo y te quiero construyendo mi reino”. Pienso que tu respuesta es y sigue siendo muy positiva, gracias. Que tú conoces mi fe y por eso me das la salvación.  

5.       Meditación
Es el momento de realizar la meditación de lo que siente que Dios te quiere decir con este evangelio. Recuerde que la reflexión realizada sólo es una luz, tu deber es escribir tu propia reflexión que  te ayude a obtener una verdadera meditación.  
6.       Oración final
Es oportuno realizar la oración final dando gracias a Dios por todo los bienes recibidos en esta meditación. Agradecerle por su disponibilidad para nuestro retiro hoy. Y como también en esa oración lograr mostrar los logros alcanzados.
Éxitos en tu retiro. Gracias por estar aquí y por aprovechar este medio para utilizar esta propuesta de retiro. Un abrazo Fraterno.