Nos encontramos en el mes en el que resaltamos la figura de la madre, de la mujer que se entrega enteramente a la misión de educar y fortalecer a la Iglesia doméstica, el hogar. Y quién mejor que la madre de Dios nos puede hablar de esa misión y de ese compromiso para construir una sociedad más justa y más centrada en la verdad.
La Virgen María, es quién aceptando en su seno que la verdad se encarnará hace posible que toda la humanidad tenga claro y tenga el prototipo de humanidad que debemos construir. Cuando María en la obediencia proclama: “Hágase en mí según has dicho” (Lucas 138) hace que la historia de la humanidad tome otro rumbo, hace posible que se inserte en la realidad del hombre la esperanza quizás perdida. Cada vida es una trasformación de la sociedad que inicia en la familia. Es así que cada vez que la mujer acepta la llegada de un hijo, hace presente la esperanza entregada por Jesús de Nazaret.
Con estas palabras referentes a María, queremos decirles a todas las madres GRACIAS, por: su entrega, por su compromiso, por su amor, por su generosidad, por su servicio, por ser lo que son…
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