El día
de su nacimiento en Cuenca el 7 de noviembre de 1854, sus padres tuvieron una
gran tristeza al ver que el niño tenía los pies deformes. Y a los cinco años el
pequeñín todavía no había dado los primeros pasos. Pero sucedió que un día
observando un rosal florecido en el jardín de su casa gritó: "Miren qué hermosa es la señora que
está sobre las rosas". Acudieron los familiares pero no vieron nada
especial; y luego todos quedaron maravillados al ver que el niño se levantó y
comenzó a caminar. La Virgen había empezado a ayudarle de manera impresionante.
Los
religiosos Hermanos Cristianos fundaron un colegio en Cuenca y allí fue matriculado
Miguel Febres. Miguel sobresalía entre los alumnos por su gran inteligencia
pero sobre todo por su inmenso deseo de aprender.
Miguel
deseaba ser Hermano Cristiano, pero sus familiares se le oponían porque ellos
eran de clase rica y en cambio aquellos religiosos vivían muy pobremente. Lo
envían a otro instituto pero allí se enferma y tiene que volver a su casa.
Entonces al fin la familia le permite hacerse religioso Lasallista y toma el
nombre de Hermano Miguel.
El
trabajo del Hermano Miguel desde que entra a la comunidad hasta su muerte será
sumamente intenso y no conocerá descanso ni tiempos perdidos en inutilidades.
Dedicado de tiempo completo a ser útil a los demás, todas las horas del día
dando clase, enseñando catecismo, atendiendo enfermos, estudiando idiomas
(logra hablar cinco idiomas: alemán, inglés, italiano, francés y latín) y
escribiendo libros.
En
1907 los Superiores Mayores de su congregación lo invitan a que vaya a Europa a
dirigir la publicación de libros que la Comunidad repartirá por muchos países.
Se dirige a Bélgica, pero el clima de aquel país, con sus inviernos tan
rígidos, le afecta la salud. Sin embargo, sigue trabajando fuertemente. Lo
trasladas a España, donde el clima es más suave y el 9 de febrero de 1910,
atacado por una pulmonía, muere santamente.
Después
de su muerte empezaron a obtenerse milagros maravillosos por la intercesión del
hermano Miguel y el 21 de octubre de 1984 el Papa Juan Pablo II lo declaró
santo.