La humanidad tiene la gran misión de construir siempre un mundo mejor, misión que nos la entregó Dios desde la creación, “Llenen la tierra y sométanla” (Génesis 1, 28). Nos corresponde a la humanidad, pero especialmente a los creyentes en la Trinidad, luchar cada día para que esta tierra de frutos de fraternidad, de amor, de confianza, de respeto, de tolerancia y de todos los buenos valores que permiten que la humanidad se humanice cada día más.
Hermano y hermana iniciemos este año nuevo con el deseo de dar nuestro aporte para que el proyecto del Reino de Dios, tan mencionado en los evangelios, sea una realidad. Que el mundo, que se hace de nuestros pequeños mundos, sea el lugar de donde emane paz y dé sosiego a los sufrientes. Que este año que se nos ha permitido iniciar pueda contar con nuestras ideas, con nuestros sueños, con nuestro trabajo, con nuestra apertura a todos y sobre todo con el deseo de partir de él sin dejar las cosas igual.
No queremos dejar esta corta reflexión sin antes decirle que Los Religiosos Salvatorianos, le deseamos los mejores augurios para este nuevo año a usted y su familia, que agrademos su participación asidua en nuestro trabajo pastoral y que cuente con nuestro compromiso Salvatoriano para este nuevo año. Permítale a Dios que le bendiga, pues Él siempre nos ofrece su bendición.