P. Francisco Jordán, SDS
“El religioso debe ser: sencillo como un
niño, sincero como un niño, humilde como un niño, modesto como un niño,
obediente como un niño, fiel como un niño”.
El
P. Francisco, fundador de los Salvatorianos, que siendo sacerdote diocesano,
encontró en la vida consagrada religiosa la mejor manera de servir y crecer en
el encuentro con Dios. Siempre con la idea de la necesidad de vivir este estilo
de vida como lo niños. Como lo afirmaba Jesús, “En verdad les digo: si no cambian y no llegan hacer como niños, nunca
entraran en el reino de los cielos” (Mt. 18, 3). Para el P. Francisco esa
era la clave, ser como niños. Un buen religioso debe ser sencillo, sincero,
humilde, modesto, obediente y fiel, como los niños.
Ahora
bien, los religiosos no salen ni se forjan de la nada. Los religiosos surgen de
las familias, donde aprenden a amar a Dios y se van encontrando con su llamada.
Los religiosos son en un alto porcentaje lo que padres, hermanos y demás
familiares le han transmitido. Así que, como familias debemos comprometernos a
crecer en los valores que un religioso debe tener. Nadie sabe, más que Dios, en
que casa, en qué familia hay un religioso, o religiosa o sacerdote. Es un
llamado que se puede dar en cualquier momento de la vida. Este es el principal
compromiso de toda familia cristiana, cultivar los valores que puedan forjar
seguidores de Cristo Jesús.
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